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"El Cuarto Rey Mago"

(Stefano Reali, 1997)

 SENTIDO GENERAL

 

  Narra la historia de Alazhar, un humilde apicultor que sería el cuarto Rey Mago, no reconocido por la historia, pero que contribuyó notablemente como guía de los tres Reyes Magos para que encontraran el pesebre donde nació el Maestro Jesús. Alazhar se encuentra con los tres Reyes Magos en su viaje a Belén, convirtiéndose en instructor de estos. Mágicamente, sus abejas se transforman en la cola de la estrella que se ve en el cielo y que guiará a la caravana hasta el pesebre donde nacerá Cristo. En el encuentro con los reyes magos, Alazhar es reacio a ayudarles porque le han obligado con sus hechizos y ha tenido que dejar a su esposa, embarazada, sola. Pero pronto comprenderá la importancia de su labor como guía espiritual y conseguirá cumplir con el plan para el que se encontraba destinado. 

   

PERSONAJES Y SÍMBOLOS

SU SIGNIFICADO

      Personaje     Significado
 

 ALAZHAR

 Estudiante espiritual

 Instructor

   MELCHOR GASPAR Y BALTAZAR   Estudiantes espirituales avanzados
   IZHIRA  Cristo Interno
   BAKIR  Garra de la fuerza siniestra
   EL MALIGNO  Fuerza siniestra
   MIEL  Conocimiento espiritual
   ABEJAS  Camino espiritual. El Sendero
   ESTRELLA  Presencia Yo Soy
   PULSERA

 Tentaciones, apegos.

 Mundo de deseos

   ESPADA  Instrumento de poder
   CÍRCULO DE FUEGO  Espacio de protección divina
     

ALAZHAR: Estudiante Espiritual, que más adelante se convierte en instructor. Comienza su proceso de aprendizaje como discípulo de las abejas que le sacaron de su conciencia humana y le condujeron a un ideal más elevado. Con el tiempo pasó a guiar a los Reyes Magos en el proceso de la búsqueda interior, al nacimiento del Cristo para la Tierra, al igual que cada uno debemos adentrarnos en el viaje hacia nuestro Cristo Interno.

 

MELCHOR, GASPAR Y BALTASAR:

Representan a los estudiantes espirituales que conformarán el grupo espiritual. Se presentan como Iniciados puesto que manifiestan un control de la energía y que les permitió guiarles hasta alcanzar su propósito.

 Posteriormente alcanzaron la Maestría espiritual como Maestros Ascendidos: Melchor como El Morya, Gaspar como Dwjal Khul y Baltasar como Koot Hoomi.

 

IZHIRA: Es el Cristo Interno. Acompaña, espera y lidia con las circunstancias karmáticas mientras Alazhar recorre el sendero. Lo mantiene conectado con su parte más divina y espiritual, manteniendo siempre los ideales elevados.

BAKIR: Es el casero usurero que intenta constantemente limitar y aprovecharse de las circunstancias ejerciendo de Garra de la fuerza siniestra e intentando poner dificultades para hacer caer a Izhira ante sus deseos y bajas pasiones. 

EL MALIGNO: La fuerza siniestra que se manifiesta en forma humana e intenta por todos los medios impedir el avance espiritual, que la Luz ilumine a su paso, pero no lo consigue porque “donde hay Luz, la oscuridad no tiene lugar”.

 

MIEL: Es el conocimiento Espiritual que eleva la conciencia de todo aquel que acepte dicho ofrecimiento. Alazhar la repartía como enseñanza allí donde se requería y no dudaba en utilizarla para hacer el bien y mejorar la vida de todos aquellos seres con los que se encontraba. El conocimiento espiritual le otorgaba sabiduría, provisión y todo aquello que precisara.

ABEJAS: Simbolizan el camino espiritual. Al principio cuando se requiere salir del estado de comodidad, de lo conocido, puede resultar precipitado y movido, pero eso es porque hasta entonces hemos permanecido dormidos. Ofrecen la posibilidad de conectar con la parte divina, ya que son seres provenientes del planeta Venus.

 

ESTRELLA: Representa a la Presencia "Yo Soy". Cabe destacar que siempre permanece en lo alto, día y noche ilumina, guía sus pasos y está presente sin descanso. Sirve de referente más alto.

 

PULSERA: Representa las tentaciones, el apego al mundo de la forma que con un buen uso puede utilizarse para el proceso espiritual.

 

ESPADA: Símbolo de protección e instrumento de poder y fuerza en la lucha de cortar y supeditar todo lo negativo al poder del Bien.

 

CÍRCULO DE FUEGO: Espacio de protección en el que no puede entrar nada negativo. Bajo el decreto de protección del círculo de poder, ninguna energía negativa puede hacernos daño, nos mantiene a salvo.

 

 

 

SENTIDO METAFÍSICO

 

   La historia narra el camino, el sendero que todos y cada uno de nosotros debemos emprender, desde los primeros pasos en el sendero hasta el despertar de nuestro Cristo Interno. Es un viaje iniciático hacia el interior de nosotros mismos.

 

   Alazhar era un apicultor, que vivía felizmente con su esposa y se dedicaba al cuidado de las abejas, al camino espiritual que debemos transitar, a través de estos seres venidos directamente del planeta Venus. Ellas le dieron el conocimiento que Alazhar repartía en forma de miel, de ahí que se le conociera como “El rey de las abejas”.

  De pronto un día las abejas salieron de los panales para elevarse y formar parte de la cola de una estrella. Esta estrella se mantiene en lo alto como esencia sutil y hacia donde la evolución en el Sendero nos conducirá inevitablemente tarde o temprano. De esta forma, las abejas le instan a emprender un viaje iniciático, el camino que todos tenemos que seguir dejando atrás nuestro mundo de ilusión, de los deseos perecederos.   

 

   Tuvo que aprender de todas las circunstancias en el camino, por ejemplo, cuando conoció a Melchor, este transmutó el brazalete de estaño a oro, símbolo de control de la energía, del dominio de la transmutación y de una conciencia elevada.

 

   Durante el viaje, el Dharma de Alazhar fue ser guía de otros, pese a sus reticencias iniciales que le hacían querer volver a su casa, fruto de sus limitaciones y miedos. Pero en cuanto claudicó a todo esto, su personalidad, se abrió a un mundo nuevo de posibilidades que le hicieron crecer espiritualmente. No creáis que estuvo exento de pruebas, tuvo que enfrentarse al maligno, a sus propios miedos y a su personalidad y no desaparecieron hasta que los quemó con el Fuego Violeta Transmutador. 

 

   De esta forma, cuando por fin enfrentó cara a cara a sus propios miedos que le atenazaban, pudo seguir a la estrella, a su propia Presencia, y guiar a otras corrientes hasta el pesebre, al despertar del Cristo (la Tercera Iniciación) y entonces sí pudo regresar a casa para continuar su camino.

 

   Allí pudo vivir el nacimiento de su propio hijo, símbolo de su nacimiento Crístico, del renacer del Cristo en él y de apertura a un nuevo estado de conciencia. 

 

(Comentado por Parsifal García, Carmen Luz Martin y Maite Viteri)