SENTIDO GENERAL
En general se trata de la historia de quien no se siente satisfecho consigo mismo ni con lo que obtiene de los demás y sale huyendo con la intención de demostrarles a todos
que puede convertirse en lo que todos desean. Lo logra, pero sin embargo los cambios son todos externos y como consecuencia no alcanza su verdadero objetivo. Cuando la vida le pone la oportunidad
de demostrar si de verdad ha cambiado, se da cuenta de que no es así, de que no ha madurado (y eso queda muy claro cuando se pelea con los niños). Él cree que va a conseguir la chica con las
estratagemas que ha aprendido, pero no es así porque en la chica no hay intereses extraños (como en el caso de las modelos con las que se codea), y la frustración le llevará a darse cuenta de lo
inmaduro que aún es y a dar, por fin, el paso que hace tanto tiempo debía haber dado, en este caso, declararse a la chica.
SIGNIFICADO DE LOS PERSONAJES
Personaje | Significado | |
CHRIS | Estudiante espiritual | |
JAMIE | Cristo Interno | |
SAMANTHA | Cuerpo emocional | |
MIKE | Cuerpo físico | |
DENTISTA | Instructor espiritual | |
EPISODIOS DESTACADOS
Esta película contiene varias referencias interesantes. Una de tales es la del ideal que nos mueve al cambio y al avance. En esta ocasión, la razón por la que el protagonista, Chris (el estudiante espiritual) se esfuerza por superar sus defectos, y de hecho lo hace, es porque siente que no es suficientemente bueno para la chica a la que ama. Sin embargo, cuando consigue la transformación que se había propuesto, pareciese que hubiese olvidado la razón, y por tanto no es feliz. Así, a pesar de ser rico, famoso y apuesto, todo esto no le reporta ni siquiera verdadera satisfacción. En cierto sentido y convirtiéndolo en una metáfora del Sendero Espiritual, indica que la búsqueda de la perfección física, afectiva y mental no debe ser el fin por sí mismo, sino el medio que te lleve a la unión con la Divinidad. En este sentido, podríamos considerar al protagonista, CHRIS, como al estudiante espiritual y a la chica, JAMIE, como el Cristo Interno. Él quiere alcanzarla, declararse, pero no es suficientemente valiente, porque le preocupan demasiado lo que los demás piensan de él, y agobiado por el orgullo herido, huye. Sin embargo, igualmente se dedica a su propia transformación, hasta que la vida le da una nueva oportunidad de “conquistar” a su Cristo, que sigue donde siempre ha estado. Pero Chris sigue estando dominado por el orgullo y la vanidad, incluso pareciese que ahora que ha alcanzado el éxito, más aún. Pero ahora puede comparar ambos mundos, el del pueblo, donde habita la chica que ama (el Cristo), y el de la ciudad (el mundo de ilusión); y se da cuenta de dónde va a hallar la felicidad y por fin vence su orgullo y vanidad y se decide a declararse, logrando la unión con su Cristo.
El DENTISTA representa al instructor espiritual, que trata de despertar en Chris el sentido común y también el sentido de proporcionalidad en sus valoraciones de cómo son las cosas. SAMANTHA, por su lado, es el cuerpo emocional, que está descontrolado porque lleva mucho tiempo alimentándolo de forma inadecuada. Ahora ya se ha convertido en una carga y le cuesta quitársela de encima.
Samantha es una chica (o un "quiero andante") muy abocada a la sensualidad, sin control de la mente, por todo ello recuerda al vehículo emocional. Parece que el estudiante lo ha dejado atrás, pero aún sigue molestándole. Durante la historia hace de todo para tenerlo dominado, como si de un niño se tratara.
MAKE, el hermano de Chris, se comunica "a tortas". Recuerda a un vehículo físico bastante antiguo y rudimentario que necesita ser impresionado fuertemente y donde tampoco interviene la mente. Sigue persiguiendo satisfacer sus deseos más bajos de la vida material. Tiene ciertas connotaciones que lo asemejan al cuerpo etérico (donde se ubica el subconsciente), ya que recuerda a Chris que para él siempre será gordo (simbólicamente denso y material), como debió serlo en una encarnación anterior.
Chris le dice a su hermano Make que le quiere porque a la personalidad también se la puede querer, pero hay que someterla, dominarla (como hacía Chris aplastándole la cabeza).
Vemos en la película cómo el estudiante lidia con su conciencia inferior, a la vez que se está ocupando de la superior, pero sigue viejos patrones de engaño, autojustificación, etc., cuando en realidad solo tiene que ser sincero y pensar un poco más en los demás.
La película habla también de cómo nos limitamos a través de las “etiquetas” con las que nos definimos a nosotros o a las situaciones. El protagonista tenía cierto concepto de cómo eran las relaciones, y su propio concepto era el que le impedía darse cuenta de que tenía la posibilidad de alcanzar precisamente lo que estaba deseando, a la chica que siempre había amado. Es curioso ver cómo les fue a cada uno con el transcurrir de los años. El chulito ahora es un borracho y el que era despreciado por todos, ahora es un "don-juan" insensible.
Es sorprendente en lo complicado que podemos convertir las relaciones. Por un lado el chico que entiende que ser amigo impide cualquier otra cosa, o bien que no se puede ser pareja y amigo al tiempo. Por otro, la forma en que se trataban los dos hermanos, que aunque se quieren, se andan pegando y menospreciando todo el rato. Además, la relación con la madre, que más bien da la impresión de que la soporta. Y por último la relación con la “modelo”, totalmente incoherente y extraña. Todo da a entender que el avance que buscó al marcharse del pueblo fue solamente a nivel externo. De hecho, irse del pueblo es irse fuera, y no interiorizar, encontrar dentro las raíces de su infelicidad.
De la película se puede extraer la lección de que según vayas en la vida, como trates a los demás, serás tratado y recibirás aquello que de bien o de mal hayas dado y en los mismos términos. Y también que hay que ser muy sincero y presentarte tal cual eres... ¡a alguien gustarás! Cuantas más tonterías y tretas hizo para conquistar a la chica, ésta más se alejaba, pues sus gustos no eran tan superficiales como había previsto Chris.
Así que, en conclusión, “hay que echarle pichón”, o sea, es necesario ser valientes y al mismo tiempo coherentes con nosotros mismos, dándole valor a las cosas que de verdad importan, como la amistad, el amor y la capacidad de reírse de uno mismo.
(Comentado por Cándida Sosa y Fela Galván)